Por; José De La Cruz. M.A.
La República Dominicana se encuentra en un momento crucial de su desarrollo económico. Con un crecimiento del PIB que promedia el 5% anual durante las últimas décadas, el país ha logrado avances importantes en la reducción de la pobreza y la mejora del nivel de vida de su población. Sin embargo, para alcanzar su máximo potencial y obtener la calificación de grado de inversión, se necesita una reforma fiscal integral. En los últimos años, varios países de América Latina y el Caribe han implementado reformas fiscales con resultados mixtos. Algunos ejemplos incluyen:
- Chile (2014): Se implementó una amplia reforma tributaria con el objetivo de mejorar la distribución del sistema impositivo y aumentar la eficiencia de la recaudación (Banco Mundial, 2015).
- Colombia (2014): Se introdujo una reforma fiscal que aumentó el IVA y redujo las exenciones fiscales para aumentar los ingresos y reducir el déficit fiscal (OECD, 2016).
- Perú (2016): Se simplificó el sistema tributario y se redujeron las tasas del impuesto a la renta para las empresas (FMI, 2017).
- México (2015): Se aprobó una reforma fiscal que aumentó el IVA y otros impuestos para aumentar los ingresos y financiar la reforma educativa (Banco Interamericano de Desarrollo, 2016).
Haciendo un análisis de la situación económica del país, se puede extraer varios argumentos a favor de la reforma fiscal en República Dominicana. En primer lugar, el notable aumento de los ingresos, debido al excelente manejo de instituciones como Aduanas, DGII y el magnífico manejo del Banco Central, es una de las principales ventajas de una reforma fiscal. La República Dominicana tiene una de las presiones fiscales más bajas de América Latina, con una recaudación de ingresos de alrededor del 14% del PIB. Una reforma fiscal podría aumentar los ingresos del gobierno, lo que permitiría financiar más gasto en áreas como educación, salud e infraestructura.
Otra ventaja significativa es la reducción de la desigualdad. El sistema fiscal actual en la República Dominicana es regresivo, lo que significa que los pobres pagan una mayor proporción de sus ingresos en impuestos que los ricos. Una reforma fiscal podría hacer que el sistema sea más progresivo y reducir la desigualdad.
Además, una reforma fiscal podría mejorar la eficiencia económica. El sistema fiscal actual puede distorsionar la actividad económica y desalentar la inversión. Una reforma fiscal podría eliminar estas distorsiones y hacer que la economía sea más eficiente.
Una reforma fiscal podría ayudar a mejorar la transparencia y la rendición de cuentas del gobierno, asegurando que los ingresos fiscales se utilicen de manera eficiente y eficaz.
Finalmente, alcanzar la calificación de grado de inversión es un objetivo clave. Una mayor recaudación de ingresos y un sistema fiscal más eficiente podrían ayudar a la República Dominicana a obtener la calificación de grado de inversión, lo que reduciría las tasas de interés, aumentaría los flujos de capital y expandiría la base de inversionistas.
Sin embargo, existen también argumentos en contra de la reforma fiscal. Algunos expertos temen que una reforma fiscal podría aumentar los impuestos a las empresas y desalentar la inversión, lo que podría dañar el crecimiento económico. La complejidad y el costo de implementación son otra preocupación. Una reforma fiscal puede ser compleja y costosa de implementar, y existe el riesgo de que no se cumplan los objetivos deseados.
La oposición política es también un factor importante. Una reforma fiscal puede ser impopular entre algunos grupos, como las empresas y las personas con altos ingresos, lo que podría dificultar su aprobación e implementación.
La decisión de si se debe o no realizar una reforma fiscal en la República Dominicana es compleja y debe tomarse sopesando cuidadosamente los pros y los contras. Es importante considerar las experiencias de otros países, así como las necesidades y desafíos específicos de la República Dominicana. Es importante que se lleve a cabo un debate público amplio sobre la reforma fiscal para que todos los interesados puedan expresar sus opiniones y para que se pueda desarrollar una reforma que sea justa, eficiente y contribuya al desarrollo sostenible del país como son las acciones e intenciones del señor presidente Luis Abinader.
La reforma fiscal en la República Dominicana es una oportunidad para mejorar la equidad, la eficiencia y la sostenibilidad del sistema fiscal. Sin embargo, es importante que la oposición política, sectores productivos y entes sociales puedan de una manera responsable y transparente, formar parte del debate y dejar los intereses particulares y/o partidarios de lado para enfocarse en lo que mas le conviene al país, tomando en cuenta las verdaderas preocupaciones de todos los sectores de la sociedad. Un debate público abierto e informado es crucial para asegurar que la reforma fiscal sea un éxito y contribuya al bienestar general de la República Dominicana.